lunes, 27 de julio de 2009

El Miedo a la Locura

La perdida de control, el desorden cerebral, la alteración cognitiva, la inmersión en los delirios (del latín delirare, que significaba para los agricultores romanos "desviado del surco recto"), cualquier cosa que amenace la norma y el salirse del sistema religioso-económico-cultural imperante, es tachado como demente. Si el comportamiento no es aceptado lo reducimos a enfermedad. Los poderes de turno demandan que la irracionalidad debe “eliminarse”. Dando a entender que cualquier fenómeno anormal es aberrante. Nos venden que nos cuidemos de cualquier cosa que lleva a la persona al borde de su razón, tanto que el mismo individuo ya no puede decidir qué hacer o dejar de hacer criminalizando la propia libertad de elegir, por ejemplo, el tomar un alucinógeno o un enteógeno (algo fundamental en las culturas originales para la estabilidad emocional dentro del marco social).

El nuevo tratado inquisitorial llamado DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), cada día cataloga y crea nuevos trastornos y enfermedades, dándole qué comer a miles de psiquiatras, investigadores clínicos y laboratorios, que por supuesto, ya tendrán su medicamento que regresará al perturbado al seno de sociedad. Para el filósofo francés Foucault los hospitales psiquiátricos, las prisiones, las escuelas y los centros de reclutamiento manejan el mismo lenguaje de poder coercitivo, criminalizando y excluyendo todo lo que no sea permitido, y donde unos pocos tienen el poder de excluir al individuo de la sociedad y determinar las condiciones de su admisión en ella.

Rescato los conceptos de antipsiquiatría el de que la enfermedad mental es una invención oportunista y opresiva de la sociedad. La familia y la sociedad, después de perturbar a ciertos sujetos, los declara enfermos y los reduce con el tratamiento. Se les tacha de peligrosos y los mantiene vigilados o confinados por la posibilidad de la autolesión o el intento de homicidio; si es así quisiera saber si hay más asesinos esquizofrénicos que normales.

Les dejo con un video de Terence McKenna, estudioso del chamanismo y de los estados alterados de conciencia. Antes de su muerte, en el 2000, McKenna fundó Botanical Dimensions, una organización sin ánimo de lucro dedicada a preservar plantas de tradición chamánica del Amazonas en Hawaii.

Extraido de: centroluminoso.blogspot.com




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Arquetipos Sonoros - El canto chamánico

Todos los sonidos que escuchamos nos evocan diferentes sentimientos y despiertan las más variadas emociones. El sonido del mar, de una tormenta, de un niño riendo, campanas, la sirena de una ambulancia, el arrullo de una madre a su bebé, todos tienen significados particulares asociados simbólicamente con alguna circunstancia vivida y aunque la relación afectiva puede ser diferente según la función que le da cada persona, bajo ellos subyace una dimensión acústica primal determinada por el ritmo y el tono. Murray Schafer los llamaría arquetipos sonoros y su evocación es una de las herramientas fundamentales del chamanismo.

Sirviéndonos como marco de referencia de Ceremonias como la Velada Mazateca (Oaxaca, México) y la Ceremonia Huichol (Nayarit, México) examinaremos el canto como principio rector en la labor terapéutica.


¿Cómo funciona? Forma y fondo

Como forma el canto da coherencia y un punto de referencia donde el ego puede anclarse mientras la conciencia se expande. Esto es, ayudado por la reducción al mínimo de otros estímulos obligando a que nuestro ser, agudizado sensorialmente, solo capte el sonido, dándole así libertad al cerebro de nutrirse con las imágenes que evoca el mismo canto.

Como fondo los ritmos y las sutilezas melódicas del canto modulan el propio viaje interno. Esta cadencia, fundamentada en el tono y ritmo de la voz, construye un paisaje visionario por donde la conciencia se aventura. Esta geografía interna se va moldeando en razón del canto, así el chamán va orientando la percepción del participante hacia diferentes territorios dependiendo de lo que se quiere trabajar.

Un ejemplo típico del espectro Emocional/Sentimental que el canto puede propiciar en las Ceremonias está en guiar al participante hasta que toque sentimientos como Melancolía, Tristeza, Enojo o Miedo los cuales lo regresan espontáneamente al evento donde la persona se estancó energéticamente, es decir, donde las heridas psicológicas se originaron y el trastorno o desequilibrio se detonó.

El mismo canto aproximará al participante a una resolución positiva del evento a través de alcanzar cadencias tonales que evoquen Reposo, Seguridad y Contención y con ello alcanzar estados de Paz, Armonía y Amor Sublimes o tomar otro camino a través de un frenético pero armonioso ritmo el cual conectará la memoria con la Alegría, eclosionando en un éxtasis expansivo.

No importa el lenguaje utilizado (mazateco, huichol o mapudungun) la entonación de la voz y sus matices sonoros darán expresión a los sentimientos y con ello a crear un escenario para que los contenidos más profundos de nuestro ser se explayen.




Canto chamanico del Taita Benjamin Tisoy, medico Tradicional Inga del Valle de Sibundoy, utilizando plantas que causan efectos pscotrópicos como el YAGE, AYAWASAKA, NATEM; acompañado con la musicalizacion de Jaime Tisoy, que interpreta al mismo tiempo todos los instrumentos;charangos maulinchos, trompe (arpa de boca)y ruco pincuyo


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La Historia no revelada de los Psicotropicos Legales

La Comisión Ciudadana de los Derechos Humanos en Estados Unidos presenta esta investigación, la cual revela importantes datos y sucesos detras de la salud mental de miles de personas en el mundo y como es que las grandes empresas farmaceuticas se hacen de miles de millones de dolares.















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